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HABLANDO DE MUSICA



Con el fin de retratar al hombre de la época y a su identidad musical mas globalmente e inserto en un ambiente cultural, nos detendremos  en este capítulo a caracterizar las manifestaciones musicales que por esta época tenían protagonismo en la zona de Villa María y en la región.

Respecto a la dimensión musical en los inicios de la civilización de la zona, la  información especifica es  muy escasa, por lo tanto para su comprensión describiremos brevemente los orígenes culturales de la región que nos posibiliten figurarnos al habitante original 
Aunque la fundación de las localidades de Villa María y Villa Nueva, se realizaron hace aproximadamente 140 y 180 años respectivamente, existen vestigios de  los grupos humanos que habitaron la zona desde hace 400 años atrás, encontrándose pruebas de estos, en diferentes excavaciones en las que se encontraron variedad de elementos que acreditan su existencia.
Estos elementos  consisten, en piezas que los comechingones originarios del lugar utilizaban para su subsistencia, como vasijas, flechas,  boleadoras, y en general piezas que usaban para su vida diaria. También como producto de una de estas excavaciones se hallaron restos humanos enterrados en fosas comunes que muestran su presencia en el lugar.
Estas excavaciones comprenden la zona de los márgenes del rio Ctalamochita, tanto en el lado  de Villa María como en el de Villa Nueva, mostrándonos a estas comunidades como habitantes que no concebían a la zona como lo hacemos por estos días, dividida por el río, sino que habitaban indistintamente una y otra margen.

Como en todo el interior de la provincia de Córdoba, el asentamiento de la civilización occidental en esta zona fue dirigida desde la ya por entonces ciudad capital de Córdoba, y como producto de la corriente conquistadora española, cuyo centro político reconocía a la ciudad de Lima en el Alto Perú.  Esto quedó plasmado en los registros de tierras de la época colonial, en los cuales se obsequiaron los terrenos de la zona que nos ocupa, al general Lorenzo Suarez de Figueroa y a Antonio Suarez Mexia, al ser designados como encomendero de los indios ubicados en este lugar en el año 1585.
Quien luego se traslado al Rio Ctalamochita (Tercero según la definición de los españoles) fué el capitan Juan Lopez Fiusa el cual se constituyó en el primer poblador blancon en la región entre los años 1617 y 1643  radicandose en la estancia de Yucat e iniciando un proyecto productivo a partir de la cría de ganado mular.

Estos asentamientos que los colonizadores y los aborígenes habitaron a lo largo de varios siglos, fueron modelando las actividades generales de la región, convirtiendo a este lugar en un centro de actividades y grupo humano de cierta importancia, y como centro con influencia en la región. Inicialmente asentado en la estancia de Yucat, a unos pocos kilometros de Villa Maria y Villa Nueva, con el paso del tiempo, se desprendería la estancia del "Paso de Ferreira". 
Para definirla podemos decir que se reducía tan solo a ser un  casco de estancia, ubicado sobre la margen del lado de Villa Nueva ( actualmente “Parque de Villa Nueva”), el que se convirtió en una posta, lugar de descanso de los viajeros,  ubicada sobre el “camino real”, que era la ruta que conectaba a la ciudad de Córdoba con la cada vez mas importante ciudad de Buenos Aires. De esta manera, junto con la ciudad de Fraile Muerto (actualmente llamada Bell Ville)  pasaron a  constituirse en referencia para la zona, tanto a nivel politico, como en la vida diaria de la región.
Este ambiente, con un pasado con multiples culturas conviviendo y desarrollándose en un mismo lugar a lo largo de su historia, en el siglo XIX va a experimentar otro cambio trascendental, que sentaría las bases de la civilización actual, producto del asentamiento de una nueva cultura en el sector  traída por los inmigrantes europeos.

En cuanto a la música, según una acertada especulación de Pablo Granados basada en una crónica del  viajero inglés Vicuña Mackenna en el año 1855 por zonas similares a la de Villa Nueva, en Achiras, al sur oeste de la provincia, identifica como posible estilo que se ejecutaba en la región el ritmo de la “mariquita”[1] principalmente ejecutada con guitarras y cantada, la cual comúnmente se realizaba en las reuniones y bailes. En tanto también rescata relatos de 1863, que nos dicen que en la ciudad de Córdoba se interpreta este género, y además suma el “gato” y la “refalona”. 
Otro ritmo que puebla a toda la región pampeana, a mediados y en los finales de 1800 es la chacarera, baile cuyo origen se remonta a danzas españolas como la gallarda, corrente, canario etc. las cuales en su evolución se mezclaron con rítmicas autóctonas y de origen negro, constituyendo al baile como lo conocemos en la actualidad.[2] Por lo agreste y salvaje de la zona que tratamos, para la interpretación de estos géneros, los instrumentos que se utilizaban se reducen a los tradicionales, que son la guitarra, la voz y el bombo.

Recordemos que los orígenes de la ciudad de Villa Nueva giraron en torno a las actividades de la posta de Paso de Ferreira, en la cual se producía el constante  transitar de viajeros  por el lugar, determinando asi desde sus inicios el contacto con las distintas culturas de las personas que se detenían en la misma a descansar. La situación geográfica de esta histórica posta tiene que ver hoy con el cruce de rutas importantes que van, de NorOeste a SurEste desde Cordoba a Bs. As. por medio del “Camino Real”, hoy Ruta 9, de NorEste  a SurOeste  por la ruta 158 de San Francisco a Rio Cuarto, y hacia el Sur por ruta provincial 4 hacia  La Carlota. Lo antes dicho define una constante que se dio a través de la  historia de ambas villas, que es la de las múltiples influencias que modelaron su cultura, iniciándose a principios de 1800 con el establecimiento de la posta,  luego continuada por el tendido ferroviario a  mediados de siglo y de los nuevos medios de transporte que pasarian por el lugar.
Coincide con estos datos locales lo que manifiesta el musicólogo Carlos Vega, quien habla además de una paulatina pérdida de los géneros tradicionales  que existían desde la colonia, los cuales fueron cambiados por nuevos géneros traídos desde Europa. Cita a Ventura Lynch, el cual reconoce que en 1883 todavía se pueden ver en el sur de Buenos Aires las danzas criollas, “sin embargo, la civilización que avanza, ya ha comenzado a popularizar polkas, valses, mazurcas y habaneras”.[3] También según los  relatos de Ventura Lynch, primer compilador de la música del gaucho, podemos verificar  como ritmos o estilos que hacían a la cultura musical del gaucho entre 1870-1880: decima, triste, estilo, milonga, cifra, cielito, pericon, media caña, malambo, huella, gato, triunfo, zamba-cueca, marote, palito, prado, caramba, chacarera, aires, pollito, mariquita y firmeza[4].

Llegando a este punto en la descripción de la música de esta época, y de este lugar, no podemos desconocer la crisis cultural que el aluvión de inmigrantes, que se instalaban en el país, específicamente en la capital federal, y en la llanura fértil de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Cordoba, y sur de Entre Rios, estaba generando. Recordemos que la población original en la zona   de las provincias citadas previamente,  por el año 1852 era de 500.000 habitantes, llegando a contarse en 1900 a  2.500.000, o sea que en tan solo cincuenta años se quintuplico la cifra. A nivel nacional en 1869 el país contaba con 1.877.490 habitantes llegando a contabilizarse en 1895, 4.044.911. En el periodo que va desde  1904 a 1913, a  5.000.000 de habitantes, se le sumaran 3.000.000, esta vez ubicándose principalmente en el litoral. De este total vuelven a Europa 1.300.000.     
Como resistencia o reacción a este aluvión de culturas extrañas que modificaban lo existente, surge un movimiento de rescate de las tradiciones autóctonas, reflejadas en la abundante cantidad de material literario que valoriza a la cultura gaucha, teniendo como su primer y máximo exponente al “Martin Fierro”, cuya primera parte fue escrita en 1871-1875 por José Hernandez, siguiendo luego con la segunda parte la cual fue lanzada en 1879. En tanto las obras eran un éxito en las ventas en todo el país, el personaje de gaucho al cual refleja era cada vez  mas inédito, por la velocidad de los cambios culturales y de costumbres en la forma de vida en general que se fueron dando en la región debido a –como mencionabamos con anterioridad- la llegada de los inmigrantes. A este fenómeno literario le siguieron luego múltiples expresiones artísticas que valorizaban la cultura gaucha.



Así en las expresiones  literarias, como Juan Moreira, El Chacho, La Mazorca, etc se retrataban a personajes o hechos históricos  en obras de teatro, en los circos que viajaban por el interior. Se representaba esta “argentinidad”,  a traves de adaptaciones de los libros al teatro,  en la organización de centros criollos que tenían lugar en la capital federal, en agrupaciones de baile o en el trabajo de los payadores.

En este ambiente de revalorización de la cultura autóctona es que se produce la actividad de la banda y de sus músicos los cuales no podían desconocer  el entorno, pero como estilo y tipo de música les era ajeno. Por esto debemos  considerar en las actividades de este grupo musical la revalorización de la cultura de origen de los distintos componentes de la banda, la mayoría de ellos inmigrantes, italianos, españoles, franceses etc. Seguramente movidos como ya dijimos antes por el desharraigo, nostalgia  o simplemente el gusto basado en una  cultura diferente a la local.

De forma paralela, en diversos sectores de la Argentina se estaban repitiendo situaciones similares también como consecuencia de las diferentes influencias y de la convivencia de culturas y sectores sociales diversos.
Esto  dio lugar en algunos casos a la creación de  generos musicales nuevos, como es el caso de lo producido en Buenos Aires que dio lugar al tango, al cual se lo reconoce como el  producto de la multiples influencias dadas por los inmigrantes establecidos en la ciudad. Existen numerosas investigaciones que se han realizado tomando como elemento de estudio a este género musical, cuyos inicios se reconocen también en esta época, mediados y fines de 1800, pero geográficamente está circunscripto a la zona de la Capital Federal.

Este movimiento inicial, conocido como la “guardia vieja” inicialmente abordaba un híbrido de estilos,  encontrando como principales instrumentos  flauta, violin y  guitarra. Fue encabezado principalmente por los inmigrantes que se asentaron en la Argentina, quienes realizaron  una síntesis que reconoce abundantes orígenes: cubanos, españoles, europeos, africanos  entre otros (por esta abundancia de orígenes, la heterogeneidad racial, la indefinicion cultural resultante y la ausencia de registros, la bibliografía existente es reticente a definir puntualmente los orígenes musicales del tango e indaga en los aspectos culturales generales de los pobladores de la época).
Este género logrará con el pasar de los años popularidad en  toda la Argentina, producto de la influencia creciente de la  Capital Federal en todos los hechos de la nación. Desde  los inicios del siglo XX las bandas de musica en todo el pais sumaran tangos a su repertorio ayudando a su difusion en nuevos ambitos, ahora adaptados e interpretados con otros instrumentos.

Otro ejemplo de creación de un género nuevo basado en la cultura inmigrante es el producido muchos años después, en la provincia de Cordoba denominado “cuarteto” el cual adoptó para su confomación la rítmica del pasodoble (el popular “tunga-tunga”) de origen español, y características armonicas y formales de la música europea[5], del cual hablaremos un poco mas en detalle a lo largo del presente libro, dada la importancia que tuvieron las bandas en la ejecución de estos géneros en la region.

En tanto en otras regiones lo que se produjo fue la adaptación de géneros locales a nuevas instrumentaciones y estilos lo cual llevó a una modificación en la forma de interpretar esta música, y a sus cualidades originales.
En el interior de Córdoba, Santa Fé, Corrientes y Entre Rios las comunidades de inmigrantes, fueron muy adeptas a recrear sus culturas de origen mediante agrupaciones musicales creadas por ellos para este fin, en algunos casos,  llegando a fusionarse con el paso de los años con la música autóctona. Como ejemplo de esto podemos citar la música generada por los entrerrianos y correntinos, en los que los europeos, ucranianos, rusos, alemanes,  asentados en este lugar  introdujeron el acordeón y géneros como la polka, fueron mezclándose con las existentes cambiando así definitivamente lo existente.   

En la localidad de Villa María se creó una banda de gallegos afincados en este lugar. De este grupo el  único registro que encontramos, fue una foto, en la que nos muestra su conformación: un coro de 10 integrantes 3 clarinetes, 1 gaita, 1 redoblante, 1 bombo y el director. Dado lo particular y específico de los instrumentos que la integran, su repertorio fue constituido  exclusivamente por música de origen gallego, y seguramente los músicos participaban tambien de  las actividades de las otras bandas en la ciudad.








Otro rasgo musical a destacar en la región de Cordoba es el generado por los acordeonistas. La utilización de este instrumento contribuyo a la reproducción de música foránea inicialmente, seguramente compartiendo el espíritu que antes definimos para las bandas, de hacer uso de la música como un  vínculo con la cultura de origen de la población asentada en nuestra localidad. De esta temática es prácticamente nula la bibliografía, pero es una realidad su existencia desde tiempos fundacionales dejando como prueba el amplio arraigo que tiene el instrumento en toda la región.  

Como vimos, los responsables iniciales del establecimiento de las bandas de música en  las dos villas fueron las autoridades militares inicialmente asentados en Villa Nueva, las cuales disponían de instrumentos,  de partituras que posibilitarían las funciones y  del poder dado por su condicion militar, lo que les permitía fomentar la actividad musical. Pero como podemos apreciar en el capitulo anterior, es evidente que el desarrollo musical en los comienzos de la sociedad villamariense fue definitivamente influenciado y desarrollado por los inmigrantes,  de origen francés en el caso de Bonet e italiano en los casos de Napolliello, Navesio o Traverso, que aportaban su conocimiento e ideas respecto a la banda de música de sus pueblos originarios, queriéndolas reproducir en este nuevo hogar.
Para caracterizar a la música que se realizaba por entonces, ya que no existen elementos concretos (partituras, grabaciones o testimonios) que atestigüen lo realizado por estos músicos, sólo se pueden realizar conjeturas, indagando en los orígenes y formación de los protagonistas, en el gusto  por determinadas estéticas que los inmigrantes traían a la Argentina y en las prácticas europeas de la época.

Es escaso el material que aborde este tema, encontrando solamente lo realizado por músicos e investigadores que abordan la temática militar, ya que fue desde mediados de 1800 y a lo largo de unas cuantas décadas después  que el ejército militar fue constituyendo bandas en sus distintos cuarteles, las cuales iban modelando y familiarizando el gusto a los pobladores de la Argentina por este tipo de música. “Desde 1810 hasta 1860, las distintas bandas de música que existieron, no tuvieron una organización técnica estable. Recién entre los años 1865 a 1870 y, por decreto de fecha 30 de abril de 1865, expedido por el Presidente Mitre, se dispone la formación de una banda de música en cada uno de los Regimientos de la Guardia Nacional, unificando sus efectivos”[6]. Estos datos coinciden con lo registrado por Granados referente al cuartel ubicado en la ciudad de Villa Nueva, al que se debe la llegada de los instrumentos que posibilitaron la actividad en la zona.
Así podemos encontrar en el repertorio bandístico militar ejemplos de marchas antiguas que pudieran haber sido interpretadas por ellos, muchas inspiradas en conflictos bélicos  que para los habitantes de la época resultaban recientes y su temática gozaba de vigencia.
Capibary
Esta marcha fue conocida inicialmente con el nombre de “Peribebuy” o “Los mártires de Capibary” y con el tiempo se la reconoció como “Capibary”. Rememora la conquista de la posición paraguaya de Peribebuy por fuerzas argentinas, el 12 de agosto de 1869, durante la guerra del Paraguay.
El autor es Félix Mastracechio, músico italiano que hizo muy buenas composiciones de música militar.
El Tala
Compuesta por el maestro de origen italiano José Giribone, fue compuesta sobre el parche de un tambor y rememora la batalla del mismo nombre. Esta vibrante marcha militar, fue la preferida en las campañas de Cepeda, Pavón y el Paraguay.
Ituzaingó
Es una de las marchas más antiguas de la época independiente ejecutada por las bandas de música de nuestro Ejército. Según la tradición, el emperador del Brasil Don Pedro I, que era aficionado a la música, la habría compuesto en homenaje a lo que preveía como victoria militar a sus Ejércitos en la guerra contra nuestro país. Lo cierto es que el 20 de febrero de 1827, luego del violento encuentro armado en Ituzaingó, las tropas imperiales se retiraron derrotadas dejando a retaguardia armas y bagajes. En una de las carpas, se habría encontrado la partitura original de la marcha mencionada, considerada botín de guerra. Otra versión dice que fue hallada en la mochila de un soldado brasileño muerto. Fue ejecutada por primera vez el 25 de mayo de 1827, en la formación realizada por el Ejército en operaciones.” [7]
Subteniente De Caroli
Marcha militar para Caballería, fue compuesta por el maestro de Banda D Domingo Maracci, el autor inspiró su obra en la figura del último oficial de Caballería caído en acción durante la Campaña Civilizadora del Chaco Argentino. El Subteniente De Caroli, cuya memoria se perpetúa en esta marcha militar, rindió el generoso tributo de su sangre en aras de la pacificación de estas tierras, hasta entonces sometidas “al azote del indio”. No fue un héroe de guerra de conquista, sino un joven Oficial, mártir de la paz armada, a cuyo conjuro se cerró el ciclo de la barbarie, para instaurar el absoluto imperio del orden y el progreso.”[8]

Es de destacar que las fechas de origen de estas marchas, compuestas en momentos de guerra en la Argentina, eran cercanas a las de las bandas que nos ocupan, por lo que su temática referida a las batallas y actos heroicos seguramente suscitaba el interés y la emoción en los oyentes, los cuales fueron protagonistas de esta época signada por  tantas guerras internas y en los limites que hicieron a la Argentina que reconocemos hoy. 
Una evolución que se fue dando gradualmente en su historia fue el cambio de perfil que tuvo la banda de Villa María, convirtiéndose en una banda de tipo civil, o sea que el repertorio que encaró seguramente fue mas abierto y procurando el placer del músico y del oyente, ya que gozaba de cierta libertad al prescindir de la función exclusivamente militar. Como dije anteriormente no existen fuentes de donde reconocer el repertorio que realmente ejecutaban este tipo de bandas civiles por esta época, pero su perfil recreativo y social –descripto en las cartas de sus directores ocasionales- es un factor a tener en cuenta, que con el tiempo se  irá consolidando.





[1] “Villa Nueva, una ciudad con historia”, Pablo Granados, Pág. 270
[2] La chacarera bien mensurada”, Alberto Abecasis. Pag. 13
[3]  “Apuntes para la historia del movimiento tradicionalista Argentino”, Carlos Vega, Pag. 21
[4]  “Apuntes para la historia del movimiento tradicionalista Argentino”, Carlos Vega, Pag. 36
[5] Leonardo Waisman, Texto y contexto de la Investigación Musicológica – Actas de las VII jornadas argentinas de musicología y VII conferencia anual de la AAM, Bs.As., 1993, pág. 123

[6] http://www.lagazeta.com.ar/marchas_militares.htm
[7] Conferencia del Dr. Daniel Pérez Castagnino en el centro de difusión Casa Patria http://es.metapedia.org/wiki/Historia_de_la_Marcha_de_San_Lorenzo_y_otras_marchas_militares
[8] http://www.lagazeta.com.ar/marchas_militares.htm
[9] http://www.circuloelrodeo.com.ar/biblioteca/Histrad/La%20Retreta%20del%20Desierto.pdf


English translation (in process)

Talking about music


In order to portray the man of the time and his musical identity globally and inserted in a cultural environment, in this chapter we will characterize the musical characteristics that by this time had prominence in the Villa Maria and the region.


Regarding the musical dimension of the beginnings of civilization in the area, specific information is scarce, therefore to briefly describe their understanding cultural backgrounds of the region that enable us figure out the original inhabitant.
Although the foundation of the towns of Villa Maria and Villa Nueva, were held for about 140 and 180 years respectively, there are traces of human groups that inhabited the area 400 years ago, finding evidence of these, in different excavations in which variety of elements were found proving their existence.
These consist, in parts originating in the place comechingones used for subsistence, such as vessels, arrows, boleadoras, and generally used parts for your daily life. Also as a result of one of these excavations were found human remains buried in mass graves show their presence there.
These excavations include area Ctalamochita river margins, both on the side of Villa Maria as in Villa Nueva, showing these communities as people who lived in both margins.